DISBIOSIS INTESTINAL
Estela Fuentes • 1 de agosto de 2023
Disbiosis Intestinal: El desequilibrio oculto que afecta tu bienestar general

El cuerpo humano es un sistema complejo y fascinante, donde miles de microorganismos trabajan en simbiosis para mantener nuestro bienestar. Sin embargo, cuando esta armonía se ve alterada, surgen problemas de salud que a menudo pasan desapercibidos. En esta ocasión, exploraremos un tema fundamental pero poco conocido: la disbiosis intestinal y cómo afecta a nuestra salud física y mental.
El desequilibrio microbiano en el intestino:
El intestino es el hogar de una gran variedad de microorganismos, que incluyen bacterias beneficiosas y patógenas. Normalmente, existe un equilibrio delicado entre estas bacterias que asegura el funcionamiento óptimo del sistema digestivo y el bienestar general. Sin embargo, en ciertas situaciones, este equilibrio se rompe, y se produce lo que se conoce como disbiosis intestinal.
En la disbiosis intestinal, la proporción de microorganismos se altera. Los microorganismos beneficiosos, que son responsables de producir el moco intestinal y sustancias como el butirato (fuente de energía para las células intestinales), disminuyen en cantidad. Esto puede dar paso al crecimiento de microorganismos patógenos que dañan la mucosa intestinal, activan el sistema inmune y comprometen la integridad de las estructuras intestinales.
Consecuencias de la disbiosis intestinal:
Los efectos de la disbiosis intestinal pueden ser variados y afectar a múltiples sistemas del organismo. Algunos de los síntomas más comunes incluyen problemas digestivos, ansiedad, dificultad para perder peso, fatiga crónica y resistencia a la insulina.
Uno de los factores clave en este desequilibrio es la carencia de butirato, la principal fuente de energía para algunas bacterias beneficiosas. Esto conduce a que estas bacterias busquen otras fuentes de energía, como los azúcares. Sorprendentemente, estas bacterias pueden incluso enviar señales al cerebro para que consumamos más azúcar, creando un círculo vicioso difícil de romper.
SIBO (Sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado):
Dentro de la disbiosis intestinal, un fenómeno conocido como SIBO (Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado) merece especial atención. En el intestino delgado, donde deben predominar pocas bacterias para una adecuada absorción de nutrientes, ocurre un crecimiento anormal de microorganismos. Esto lleva a una incorrecta digestión, intolerancias alimentarias, malabsorción de nutrientes y déficits de vitaminas, contribuyendo aún más a la fatiga y afectando significativamente la calidad de vida.
Permeabilidad intestinal y sus consecuencias:
La disbiosis intestinal y el SIBO pueden dañar la mucosa intestinal, debilitando las uniones entre las células y permitiendo el paso de sustancias nocivas, toxinas y moléculas no digeridas hacia el torrente sanguíneo. Esta permeabilidad intestinal puede desencadenar respuestas inmunitarias, afectar el metabolismo y desregular el sistema hormonal.
Además, algunas partículas pueden cruzar la barrera hematoencefálica y alcanzar el cerebro, provocando enfermedades neurológicas y trastornos cognitivos.
Conclusión:
El cuidado de nuestro sistema digestivo es esencial para mantener una salud óptima y prevenir una serie de síntomas y condiciones que pueden afectar negativamente nuestra calidad de vida. La disbiosis intestinal y el SIBO son temas cruciales que merecen más atención, y entender su impacto en la salud es el primer paso para abordarlos adecuadamente. Adoptar hábitos alimenticios saludables, el uso responsable de antibióticos y el apoyo de profesionales de la salud pueden ser estrategias fundamentales para mantener un equilibrio intestinal y promover un bienestar integral. Recuerda, tu intestino es mucho más que solo un sistema de digestión; es el pilar de tu salud global.
Estela Fuentes PNIE

Las enfermedades autoinmunes son condiciones complejas y multifactoriales en las que el sistema inmunológico pierde su capacidad de distinguir entre lo propio y lo extraño, atacando tejidos y órganos del propio cuerpo. Desde la medicina convencional, el abordaje suele centrarse en frenar la respuesta inmunitaria, sin profundizar en las causas subyacentes. Sin embargo, desde la Psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), se propone un enfoque más holístico y causal, integrando los ejes clave que conectan el sistema nervioso, el sistema endocrino, el sistema inmunológico y el entorno psicoemocional del paciente. Microbiota intestinal: el epicentro de la inmunorregulación Numerosas investigaciones, han demostrado que la microbiota intestinal juega un papel determinante en el desarrollo y mantenimiento de la inmunotolerancia. Cuando esta microbiota se encuentra en disbiosis, la barrera intestinal se vuelve permeable, permitiendo el paso de moléculas inmunogénicas al torrente sanguíneo que activan respuestas inflamatorias y autoinmunes. Un intestino inflamado es un sistema inmune alterado. Además, la ruptura de la homeostasis entre microbiota, sistema inmune y barrera intestinal puede estar influenciada por factores como: Dietas proinflamatorias y ultraprocesadas Uso prolongado de antibióticos y medicamentos Estrés crónico Infecciones virales persistentes (como Epstein-Barr, EBV) Tóxicos ambientales y alteraciones hormonales El enfoque PNIE: más allá del síntoma La PNIE no trata enfermedades, sino personas. El objetivo es comprender qué ha roto el equilibrio interno y qué herramientas pueden restaurarlo. Este modelo integrativo contempla: 1. Abordaje nutricional personalizado Restaurar la microbiota con prebióticos, probióticos y simbióticos específicos Dietas antiinflamatorias y moduladoras del sistema inmune Revisión de intolerancias alimentarias, gluten, caseína, etc. 2. Gestión del estrés y regulación emocional El estrés psicoemocional sostenido activa el eje HPA (hipotálamo-hipófisis-adrenal), generando una sobreproducción de cortisol que altera la función inmune y promueve procesos inflamatorios. 3. Intervención sobre el contexto viral y tóxico Muchos casos de enfermedades autoinmunes se correlacionan con infecciones virales persistentes o exposición a metales pesados. Desde la PNIE se trabaja en la reducción de la carga tóxica y en la estimulación de las vías naturales de detoxificación. 4. Reequilibrio hormonal Particularmente en mujeres, el desequilibrio entre estrógenos y progesterona puede agravar procesos autoinmunes. Por eso es clave considerar el entorno endocrino del paciente. ¿Es posible revertir una enfermedad autoinmune? Aunque la medicina tradicional suele considerar las enfermedades autoinmunes como incurables, la experiencia clínica desde la PNIE sugiere que la remisión es posible en muchos casos cuando se aborda el terreno biológico y emocional de forma integrativa. El paciente deja de ser un simple receptor pasivo de tratamientos y se convierte en el protagonista activo de su salud. ¿Tienes una enfermedad autoinmune o conoces a alguien que la sufra? Tal vez ha llegado el momento de mirar más allá del diagnóstico y empezar un camino hacia el equilibrio. La salud no es la ausencia de síntomas, sino el resultado del equilibrio entre cuerpo, mente y entorno.

Enfermedades autoinmunes y epigenética: ¿El destino está escrito o lo escribimos nosotros? Hasta hace no mucho tiempo, el paradigma reinante nos llevaba a creer que nuestros genes eran como un destino inamovible, dictando nuestra salud y predisposición a enfermedades de manera inalterable. Sin embargo, los avances científicos han desafiado esta concepción estática y nos han revelado un mundo mucho más complejo y fascinante: la epigenética. La epigenética nos enseña que no todo está determinado por los genes que heredamos de nuestros ancestros. Si bien estos genes proporcionan el "potencial" para ciertas enfermedades o características, su expresión no está grabada en piedra. De hecho, nuestro estilo de vida y el ambiente que nos rodea juegan un papel crucial en decidir si esos genes se activarán o permanecerán silenciados. Imagina los genes como pistolas cargadas: tienen el potencial de causar daño, pero necesitan un gatillo para disparar. Aquí es donde entra en juego la epigenética. Este campo de estudio se encarga de estudiar las modificaciones químicas que ocurren en el ADN y en las proteínas asociadas, influenciando la actividad génica sin cambiar la secuencia de ADN en sí. En pocas palabras, la epigenética aprieta o suelta el gatillo de nuestros genes. Esto significa que las enfermedades que heredamos no son un destino inevitable. Inicialmente, estos genes pueden estar "desactivados", pero dependiendo de la interacción entre nuestro estilo de vida y el ambiente, pueden ser activados o permanecer en silencio. Por ejemplo, la dieta, el ejercicio, el estrés y la exposición a toxinas ambientales pueden influir en cómo se expresan nuestros genes y, por lo tanto, en nuestra salud. Esta comprensión más amplia nos empodera. Ya no somos simplemente marionetas de nuestros genes, sino que somos cocreadores de nuestra salud. Podemos tomar decisiones conscientes sobre nuestro estilo de vida y entorno, sabiendo que estas elecciones tienen un impacto directo en la activación o desactivación de nuestros genes. En resumen, la epigenética nos muestra que nuestro destino no está predeterminado por nuestros genes. Los genes pueden cargar la pistola, pero es la epigenética la que decide si se aprieta o no el gatillo. Este conocimiento nos invita a reflexionar sobre cómo podemos influir activamente en nuestra salud y bienestar, asumiendo un papel activo en la escritura de nuestro propio destino genético. .